Mujeres en la hípica: Saltando contra el tiempo
hípica | Nov 2022
La hípica es el único deporte olímpico en el que mujeres y hombres compiten en igualdad de condiciones, pero no se puede decir, ni mucho menos, que unos y otras afronten sus carreras deportivas de la misma manera. La edad, la situación familiar y el ámbito geográfico, social y cultural inciden directamente en la participación y en el éxito femenino en el mundo ecuestre. En este reportaje intentamos aproximarnos al papel de la mujer en las competiciones de saltos, a su protagonismo, a su relación con el caballo y a las dificultades con las que tiene que lidiar para alcanzar sus objetivos y superar retos.
LA MAYORÍA DE LAS MUJERES LLEGAN A UNA EDAD EN LA QUE A VECES PONEN MÁS ATENCIÓN EN FORMAR UNA FAMILIA
68 de los 99 participantes en el último Campeonato de Europa de juveniles de saltos fueron mujeres. En la categoría de jóvenes jinetes, las amazonas también fueron mayoría, aunque en menor porcentaje (49 de 86). Sin embargo, en el Campeonato del Mundo de adultos disputado este año en Herning (Dinamarca), las cifras dan un vuelco radical ya que, de los 103 competidores, 82 fueron hombres. Los datos confirman una realidad que se intuye en el día a día y que muestra el incuestionable protagonismo femenino en las categorías de menores y su progresiva disminución conforme aumenta la edad. Según Laura Kraut, campeona olímpica y del mundo por equipos,
Malin Baryard-Johnson suma 7 medallas por equipos (2 de oro) en Juegos Olímpicos y Campeonatos del Mundo y de Europa, a las que habría que añadir otras 3 en categorías de menores:
La hípica tiene muchas peculiaridades; entre ellas, mujeres y hombre compiten en igualdad de condiciones y la edad competitiva de los jinetes y amazonas se prolonga bastante más en el tiempo que en la inmensa mayoría de deportes.
Numerosas mujeres deportistas son madres una vez finalizan su carrera, pero eso no sucede en el mundo ecuestre, lo que provoca que muchas amazonas desaparezcan de las pistas o pasen a un segundo plano cuando llegan a una edad en la que se suele alcanzar el mejor rendimiento a caballo.
Malin Baryard es madre de 2 hijos, pero eso no le ha impedido mantener una exitosa carrera deportiva. También Laura Kraut dejó un tiempo la competición por la maternidad. Según la estadounidense,
También Malin Baryard ha conseguido mantenerse en la élite aunque reconoce que su segunda maternidad le hizo cambiar:
La española Pilar Cordón, que ha representado a nuestro país en unos Juegos Olímpicos y en 3 Campeonatos del Mundo y de Europa, no ha tenido hijos y contempla con admiración lo que hacen compañeras que sí han sido madres.
En la última final mundial de Copa de Naciones FEI de Barcelona, Noruega y Suecia acudieron con cuartetos íntegramente femeninos, algo que también es habitual en Estados Unidos.
Henrik Ankarcrona, jefe del equipo sueco campeón olímpico y del mundo, cree que aquello “fue una casualidad, pero lo importante es formar equipos sólidos. Lo que está claro es que en mi país es una tradición que las niñas empiecen a montar muy pronto, hay muchas escuelas de equitación en ciudades y pueblos y es un deporte muy popular entre las chicas. Por eso hay tantas que compiten”. Según Malin Baryard, “en Suecia, a una edad muy joven, el 99% de las chicas montan a caballo, los chicos juegan al fútbol y las niñas montan a caballo. Es habitual ver competir a mujeres en Copas de Naciones, pero luego, en los grandes campeonatos, todo cambia y yo he sido la única mujer en el equipo en los últimos diez años, o sea que en el nivel más alto, en Suecia, también dominan los hombres”. “No tengo claro –dice Laura Kraut- cuál es la razón por la que en Estados Unidos hay tantas mujeres compitiendo, pero lo que es indudable es que, en Europa, salvo Suecia y Noruega, es un deporte dominado por los hombres. Creo que esto está cambiando, ahora se ven más mujeres en la alta competición, por ejemplo, en Alemania o Gran Bretaña, pero hay un largo camino por recorrer”.
La consecuencia lógica de esa desproporción en la alta competición es el dominio de los hombres en el ranking mundial FEI Longines de saltos. Sólo tres amazonas figuran actualmente en el top 50: Malin Baryard-Johnson (45), Laura Kraut (48) y Tiffany Foster
(49) pero eso no quiere decir que las mujeres estén ausentes en el medallero y en las entregas de premios de las grandes competiciones internacionales. Al margen de las mencionadas ya en este reportaje, deportistas como Bezzie Madden, Meredith Michaels, Simone Blum, Edwina Tops-Alexander, Jessica Kürten, Gail Greenough y otras muchas han logrado títulos y grandes éxitos. La dificultad está en lograr continuidad en el tiempo. Para Henrik Ankarcrona,
"Cuando fui madre en 1.999 –dice Laura Kraut-, el ranking no era importante, pero ahora sí lo es porque te da acceso a muchas competiciones. Si hubiera más mujeres corriendo a buen nivel habría más entre las 50 mejores, eso ahora no pasa y es muy frustrante, pero para mí, tener un hijo es muchísimo más importante que tu puesto en el ranking no es tanto tiempo fuera de tu vida profesional y tienes que priorizar. Si quieres tener hijos debes tenerlos y si eres lo suficientemente buena y tienes determinación no te afectará tanto”.
Según Pilar Cordón,
En un mundo de alto coste como el de la hípica resulta fundamental contar con el apoyo de propietarios y patrocinadores y, para lograrlo, se hacen muy necesarios unos buenos resultados y una buena situación en el ranking. Eso parece poner en situación de desventaja a las mujeres, pero no siempre es así: “La mayoría de las mujeres competimos menos que los hombres y no estamos tan arriba en el ranking –dice Malin Baryard- pero, al ser tan pocas las que estamos en la alta competición, el acceso a patrocinadores se nos puede hacer un poco más fácil”. “En Estados Unidos –añade Laura Kraut- hay muchas amazonas y el trato es bastante similar. He tenido grandes propietarios que no buscaban hombres o mujeres sino, simplemente alguien que cumpliese sus requisitos. Siempre es complicado conseguir buenos propietarios, pero he tenido suerte y para mí no ha sido difícil”. Pilar Cordón, fija en el equipo español durante muchos años, pero ahora alejada de los puestos altos del ranking, tiene una perspectiva diferente:
Queda claro que los condicionantes son distintos entre hombres y mujeres, pero, una vez que se entra en la pista, unos y otros compiten en igualdad de condiciones, lo que convierte a la hípica en un deporte diferente. “En otras competiciones –dice Malin Baryard- las mujeres no tendrían oportunidad de competir contra los hombres por la velocidad o la fortaleza, pero en la hípica lo importante es sentir y conocer al caballo, la conexión que tengas con él, y eso no depende de que seas hombre o mujer. La parte física no es tan importante”. Laura Kraut incide en que “éste es un deporte en el que los verdaderos atletas son los caballos y los sementales, los castrados y las yeguas compiten juntos sin ningún problema, no se trata de un tema exclusivamente físico. La conexión entre el jinete y el animal es fundamental”. A la hora de poner en la balanza las fortalezas y debilidades de las amazonas respecto a los jinetes, Pilar Cordón cree que “la fuerza juega a favor de los hombres y eso quizá les permite montar un mayor abanico de caballos, pero la sensibilidad es esencial en este deporte y eso juega a nuestro favor al igual que la intuición,
aunque también hay hombres que son muy intuitivos”. A Malin Baryard no le gustan las generalizaciones:
Henrik Ancarkrona incide también en la singularidad de cada jinete con independencia de su sexo: “Yo no creo que haya caballos específicos para hombres o para mujeres porque cada jinete es un mundo. El éxito depende de cómo cada jinete conecta con el caballo: hay hombres con una gran habilidad para montar caballos sensibles y hay mujeres que sacan un gran rendimiento a caballos fuertes”. Laura Kraut hace hincapié en la empatía y apunta una diferencia importante en la relación con los animales:
La diferencia en la relación con el caballo a la que aludía Laura Kraut puede estar en el origen del constante aumento del número de mozas en la competición internacional. Según Malin Baryard,
“Conozco muchas niñas apasionadas de los caballos –dice Laura Kraut- que cuando crecen empiezan a trabajar en la cuadra junto a ellos porque es algo que les apasiona”. Ese puede ser el caso de Adeline Amary, actual moza de Sergio Álvarez Moya, tras trabajar 9 años con René López:
Adeline inició así una aventura profesional en la que le acompañan otras muchas mujeres pese a su alta exigencia física. Según Laura Kraut, “para ser bueno y aguantar tienes que amar lo que haces y a los caballos, es un trabajo muy complicado, que exige muchas horas y un desgaste físico muy importante”. Pero ese desgaste físico no ha impedido que el número de mujeres mozas haya crecido de forma constante en los últimos años. Según Adeline, “las condiciones de trabajo han evolucionado mucho en los últimos años,
la tecnología ha ayudado a que todo sea más fácil pero también ha cambiado la mentalidad.
Muchos concursos internacionales tienen equipos de personal que ayudan a cargar y descargar y te facilitan el trabajo, la fabricación de camiones y de material ha mejorado muchísimo, los cajones son más ligeros, hay grúas incorporadas para subir y bajar materiales pesados, y la conducción y la vida en un camión es mucho más fácil. También hay cuadras con 2 mozos de competición, lo que facilita el descanso entre concursos”. La mejora de esas condiciones ha permitido una mayor presencia femenina en las cuadras, pero, al igual que sucede en las pistas de competición, esa presencia se reduce considerablemente con el paso de los años.
Las instalaciones de Casas Novas acogerán este invierno por 6º año la Copa del Mundo, una competición ganada en sus ediciones de 2017 y 2018 por una mujer, Edwina Tops-Alexander, que volvía a las pistas tras su maternidad. El palmarés de grandes premios del concurso, en sus ediciones de verano e invierno, tiene otros ilustres nombres femeninos como los de Eugenie Angot, Laura Kraut, Lisa Nooren o Kacklyn Duff y, a buen seguro, muy pronto se sumarán los de otras muchas. Hípica es una palabra femenina y puede que no sea una casualidad, es el nombre de un deporte que iguala a todos en la pista pero en el que, para las mujeres, el tiempo es el principal obstáculo. Un obstáculo que muchas superan año tras año a base de esfuerzo, dedicación y talento. Con algún derribo o rehúse en el camino, sí, pero con muchos recorridos sin falta.
La edad
LA MAYORÍA DE LAS MUJERES LLEGAN A UNA EDAD EN LA QUE A VECES PONEN MÁS ATENCIÓN EN FORMAR UNA FAMILIA68 de los 99 participantes en el último Campeonato de Europa de juveniles de saltos fueron mujeres. En la categoría de jóvenes jinetes, las amazonas también fueron mayoría, aunque en menor porcentaje (49 de 86). Sin embargo, en el Campeonato del Mundo de adultos disputado este año en Herning (Dinamarca), las cifras dan un vuelco radical ya que, de los 103 competidores, 82 fueron hombres. Los datos confirman una realidad que se intuye en el día a día y que muestra el incuestionable protagonismo femenino en las categorías de menores y su progresiva disminución conforme aumenta la edad. Según Laura Kraut, campeona olímpica y del mundo por equipos,
“Especialmente en Europa, cuando las mujeres tienen veintitantos años se casan, tienen hijos.Este es un deporte muy difícil pero también un negocio. En esa etapa, para nosotras es un poco más complicado que para ellos, el mantener el nivel como deportista y ocuparse también de la parte de negocio, que es un territorio dominado por los hombres”.
Malin Baryard-Johnson suma 7 medallas por equipos (2 de oro) en Juegos Olímpicos y Campeonatos del Mundo y de Europa, a las que habría que añadir otras 3 en categorías de menores:
“He estado en el deporte desde que era muy joven y aquí sigo. Llegar al alto nivel es muy duro, consume mucho tiempo y mucho esfuerzo. Quizás los hombres tengan cierta ventaja encontrando propietarios o patrocinadores pero hay muchos factores que influyen y las mujeres también llegan a una edad en la que a veces ponen más atención en formar una familia”.
Maternidad
SER MADRE ME HA AYUDADO A MEJOR AR EN EL DEPORTE , A PONER LAS COSAS EN PERSPECTIVALa hípica tiene muchas peculiaridades; entre ellas, mujeres y hombre compiten en igualdad de condiciones y la edad competitiva de los jinetes y amazonas se prolonga bastante más en el tiempo que en la inmensa mayoría de deportes.
Numerosas mujeres deportistas son madres una vez finalizan su carrera, pero eso no sucede en el mundo ecuestre, lo que provoca que muchas amazonas desaparezcan de las pistas o pasen a un segundo plano cuando llegan a una edad en la que se suele alcanzar el mejor rendimiento a caballo.
Malin Baryard es madre de 2 hijos, pero eso no le ha impedido mantener una exitosa carrera deportiva. También Laura Kraut dejó un tiempo la competición por la maternidad. Según la estadounidense,
“Tener un hijo me ha ayudado a mejorar en el deporte y en las competiciones. Me ha permitido poner las cosas en perspectiva, en vez de estar super alterada por haber hecho cuatro puntos en el Gran Premio, vuelves a casa, estás con tu hijo y dices: “¡Bueno, no es para tanto!”. Yo tuve la suerte de tener a mi madre quién me ayudó muchísimo para que pudiera ir lejos de casa a competir sabiendo que mi hijo estaba en buenas manos. No es fácil, tener hijos implica muchísimo trabajo de planificación, pero, definitivamente, todos los esfuerzos que tienes que hacer para que salga bien merecen la pena”
También Malin Baryard ha conseguido mantenerse en la élite aunque reconoce que su segunda maternidad le hizo cambiar:
“He conseguido compaginar ambas vidas, pero cuando tuve mi segundo hijo todo cambió, antes solía ir a competir cada fin de semana y ahora lo hago como máximo dos veces al mes.
Yo tengo un trabajo y tengo que cumplir con él, pero también soy madre. Estoy muy contenta de poder seguir en el top y tener éxito sin competir cada fin de semana, ahora disfruto de los concursos y también disfruto de pasar tiempo con mis hijos en casa durante los fines de semana”
Yo tengo un trabajo y tengo que cumplir con él, pero también soy madre. Estoy muy contenta de poder seguir en el top y tener éxito sin competir cada fin de semana, ahora disfruto de los concursos y también disfruto de pasar tiempo con mis hijos en casa durante los fines de semana”
La española Pilar Cordón, que ha representado a nuestro país en unos Juegos Olímpicos y en 3 Campeonatos del Mundo y de Europa, no ha tenido hijos y contempla con admiración lo que hacen compañeras que sí han sido madres.
“Hay muchas amazonas que, después de tener hijos, siguen montando, pero todo se hace más complicado para ellas. Ahora ya no es como antes, cuando la mujer trabajaba en casa y el hombre fuera, se está igualando un poco, pero a nivel deportivo todavía se nota. En países nórdicos y EEUU, en cambio, es muy habitual ver mayoría de mujeres, puede ser una cuestión cultural.”
El país
EN SUECIA, LAS NIÑAS MONTAN A CABALLO Y LOS NIÑOS JUEGAN AL FÚTBOLEn la última final mundial de Copa de Naciones FEI de Barcelona, Noruega y Suecia acudieron con cuartetos íntegramente femeninos, algo que también es habitual en Estados Unidos.
Henrik Ankarcrona, jefe del equipo sueco campeón olímpico y del mundo, cree que aquello “fue una casualidad, pero lo importante es formar equipos sólidos. Lo que está claro es que en mi país es una tradición que las niñas empiecen a montar muy pronto, hay muchas escuelas de equitación en ciudades y pueblos y es un deporte muy popular entre las chicas. Por eso hay tantas que compiten”. Según Malin Baryard, “en Suecia, a una edad muy joven, el 99% de las chicas montan a caballo, los chicos juegan al fútbol y las niñas montan a caballo. Es habitual ver competir a mujeres en Copas de Naciones, pero luego, en los grandes campeonatos, todo cambia y yo he sido la única mujer en el equipo en los últimos diez años, o sea que en el nivel más alto, en Suecia, también dominan los hombres”. “No tengo claro –dice Laura Kraut- cuál es la razón por la que en Estados Unidos hay tantas mujeres compitiendo, pero lo que es indudable es que, en Europa, salvo Suecia y Noruega, es un deporte dominado por los hombres. Creo que esto está cambiando, ahora se ven más mujeres en la alta competición, por ejemplo, en Alemania o Gran Bretaña, pero hay un largo camino por recorrer”.
El ranking
VOLVER A SITUARSE ARRIBA EN EL RANKING TRAS SER MADRE ES MUY COMPLICADOLa consecuencia lógica de esa desproporción en la alta competición es el dominio de los hombres en el ranking mundial FEI Longines de saltos. Sólo tres amazonas figuran actualmente en el top 50: Malin Baryard-Johnson (45), Laura Kraut (48) y Tiffany Foster
(49) pero eso no quiere decir que las mujeres estén ausentes en el medallero y en las entregas de premios de las grandes competiciones internacionales. Al margen de las mencionadas ya en este reportaje, deportistas como Bezzie Madden, Meredith Michaels, Simone Blum, Edwina Tops-Alexander, Jessica Kürten, Gail Greenough y otras muchas han logrado títulos y grandes éxitos. La dificultad está en lograr continuidad en el tiempo. Para Henrik Ankarcrona,
“Hay muchas razones, pero una de las principales dificultades es volver tras la maternidad. Muchas lo hacen pero volver a situarse arriba en el ranking después de haberlo dejado es muy complicado”.
"Cuando fui madre en 1.999 –dice Laura Kraut-, el ranking no era importante, pero ahora sí lo es porque te da acceso a muchas competiciones. Si hubiera más mujeres corriendo a buen nivel habría más entre las 50 mejores, eso ahora no pasa y es muy frustrante, pero para mí, tener un hijo es muchísimo más importante que tu puesto en el ranking no es tanto tiempo fuera de tu vida profesional y tienes que priorizar. Si quieres tener hijos debes tenerlos y si eres lo suficientemente buena y tienes determinación no te afectará tanto”.
Según Pilar Cordón,
“este deporte exige un trabajo diario que te puedes permitir cuando eres joven pero conforme te haces mayor vas asumiendo otras responsabilidades que te quitan mucho tiempo y que te obligan a dejarlo en un segundo plano. En esas condiciones, es muy difícil mantenerse arriba”
Patrocinios
CONSEGUIR PATROCINADORES ES DIFÍCIL, PERO SI ENTRAS EN LA PISTA Y GANAS, TODO ES MÁS FÁCILEn un mundo de alto coste como el de la hípica resulta fundamental contar con el apoyo de propietarios y patrocinadores y, para lograrlo, se hacen muy necesarios unos buenos resultados y una buena situación en el ranking. Eso parece poner en situación de desventaja a las mujeres, pero no siempre es así: “La mayoría de las mujeres competimos menos que los hombres y no estamos tan arriba en el ranking –dice Malin Baryard- pero, al ser tan pocas las que estamos en la alta competición, el acceso a patrocinadores se nos puede hacer un poco más fácil”. “En Estados Unidos –añade Laura Kraut- hay muchas amazonas y el trato es bastante similar. He tenido grandes propietarios que no buscaban hombres o mujeres sino, simplemente alguien que cumpliese sus requisitos. Siempre es complicado conseguir buenos propietarios, pero he tenido suerte y para mí no ha sido difícil”. Pilar Cordón, fija en el equipo español durante muchos años, pero ahora alejada de los puestos altos del ranking, tiene una perspectiva diferente:
"Para las mujeres es más difícil conseguir patrocinadores, todavía somos consideradas el “sexo débil”, competimos en condiciones de igualdad pero no hay una verdadera igualdad. Eso sí, si entras en la pista y ganas, todo es más fácil".
Un deporte único
EL ATLETA ES EL CABALLO. LO IMPORTANTE ES LA CONEXIÓN ENTRE EL JINETE Y EL ANIMAL, NO LA FUERZAQueda claro que los condicionantes son distintos entre hombres y mujeres, pero, una vez que se entra en la pista, unos y otros compiten en igualdad de condiciones, lo que convierte a la hípica en un deporte diferente. “En otras competiciones –dice Malin Baryard- las mujeres no tendrían oportunidad de competir contra los hombres por la velocidad o la fortaleza, pero en la hípica lo importante es sentir y conocer al caballo, la conexión que tengas con él, y eso no depende de que seas hombre o mujer. La parte física no es tan importante”. Laura Kraut incide en que “éste es un deporte en el que los verdaderos atletas son los caballos y los sementales, los castrados y las yeguas compiten juntos sin ningún problema, no se trata de un tema exclusivamente físico. La conexión entre el jinete y el animal es fundamental”. A la hora de poner en la balanza las fortalezas y debilidades de las amazonas respecto a los jinetes, Pilar Cordón cree que “la fuerza juega a favor de los hombres y eso quizá les permite montar un mayor abanico de caballos, pero la sensibilidad es esencial en este deporte y eso juega a nuestro favor al igual que la intuición,
aunque también hay hombres que son muy intuitivos”. A Malin Baryard no le gustan las generalizaciones:
"Cada jinete es único. Al final, todos los jinetes sabemos que cuanto más conozcas a tus animales y más tiempo pases con ellos fuera de la pista mejor será la relación y, por tanto, el rendimiento"
Henrik Ancarkrona incide también en la singularidad de cada jinete con independencia de su sexo: “Yo no creo que haya caballos específicos para hombres o para mujeres porque cada jinete es un mundo. El éxito depende de cómo cada jinete conecta con el caballo: hay hombres con una gran habilidad para montar caballos sensibles y hay mujeres que sacan un gran rendimiento a caballos fuertes”. Laura Kraut hace hincapié en la empatía y apunta una diferencia importante en la relación con los animales:
"Las niñas adoran sus ponys cuando son pequeñitas, nosotras nos quedábamos en la cuadra mucho tiempo después de montar, jugábamos con ellos, los mimábamos, los cepillábamos…"
Las mozas de cuadra
CADA VEZ HAY MÁS MOZAS PORQUE LA MENTALIDAD HA CAMBIADO Y LAS CONDICIONES DE TRABAJO HAN EVOLUCIONADOLa diferencia en la relación con el caballo a la que aludía Laura Kraut puede estar en el origen del constante aumento del número de mozas en la competición internacional. Según Malin Baryard,
"Hay muchísimas mujeres que aman los caballos y ser moza te permite pasar mucho tiempo con ellos, trabajar con ellos durante las competiciones, cuidarlos, y hay muchas chicas interesadas en esta labor por ello".
“Conozco muchas niñas apasionadas de los caballos –dice Laura Kraut- que cuando crecen empiezan a trabajar en la cuadra junto a ellos porque es algo que les apasiona”. Ese puede ser el caso de Adeline Amary, actual moza de Sergio Álvarez Moya, tras trabajar 9 años con René López:
"Empecé a montar tarde, con 18 años, y pronto me di cuenta de que casi disfrutaba más estando con el caballo, cuidándole, limpiándole, que montando. Había estudiado comunicación y llevaba la web de una empresa, pero cuando vi una oferta para trabajar de moza con caballos jóvenes no me lo pensé".
Adeline inició así una aventura profesional en la que le acompañan otras muchas mujeres pese a su alta exigencia física. Según Laura Kraut, “para ser bueno y aguantar tienes que amar lo que haces y a los caballos, es un trabajo muy complicado, que exige muchas horas y un desgaste físico muy importante”. Pero ese desgaste físico no ha impedido que el número de mujeres mozas haya crecido de forma constante en los últimos años. Según Adeline, “las condiciones de trabajo han evolucionado mucho en los últimos años,
la tecnología ha ayudado a que todo sea más fácil pero también ha cambiado la mentalidad.
Muchos concursos internacionales tienen equipos de personal que ayudan a cargar y descargar y te facilitan el trabajo, la fabricación de camiones y de material ha mejorado muchísimo, los cajones son más ligeros, hay grúas incorporadas para subir y bajar materiales pesados, y la conducción y la vida en un camión es mucho más fácil. También hay cuadras con 2 mozos de competición, lo que facilita el descanso entre concursos”. La mejora de esas condiciones ha permitido una mayor presencia femenina en las cuadras, pero, al igual que sucede en las pistas de competición, esa presencia se reduce considerablemente con el paso de los años.
Superar barreras
Adeline volvió al trabajo tras dejarlo durante un tiempo. Laura Kraut, Malin Baryard-Johnson también lo han hecho y han seguido cosechando éxitos y victorias internacionales. La estadounidense suma dos medallas olímpicas por equipos (oro y plata) y otras 2 de los mismos metales en mundiales además de numerosos grandes premios; la sueca acaba de proclamarse campeona del mundo y campeona olímpica por equipos en los 2 últimos años, suma 10 medallas en grandes campeonatos y ha ganado grandes premios en escenarios como Ginebra, Gotemburgo, Roma o St. Tropez entre otros. Sus casos no son únicos: Edwina Tops-Alexander ha ganado tras ser madre en A Coruña, París, Praga, Miami o Riyhad, y este año, por ejemplo, Janne-Friederike Meyer Zimmermann ha reaparecido ganando los grandes premios de Hagen y Munster y la Copa de Naciones de Sopot. Sus casos, y otros muchos, demuestran que la competición no engaña y que hombres y mujeres son iguales en la pista. “Decidí que quería estar ahí –dice Laura Kraut-. Disfruto compitiendo a este nivel. En este deporte no es fácil mantenerse arriba, pero es mucho más difícil llegar hasta ahí, subir desde el puesto 250 hasta el top 50 es complicadísimo. Yo lo he conseguido e intento asegurarme de que me mantengo en ese nivel todo el tiempo que pueda. Eso es importante para mí”. También Malin Baryard está en ese top 50, de hecho, es la mejor amazona actual del ranking:“He tenido mucha suerte con una familia que me apoya mucho, buenos patrocinadores y propietarios. Triunfar en este deporte siempre ha sido mi sueño y he trabajado muy duro para conseguirlo.”
Las instalaciones de Casas Novas acogerán este invierno por 6º año la Copa del Mundo, una competición ganada en sus ediciones de 2017 y 2018 por una mujer, Edwina Tops-Alexander, que volvía a las pistas tras su maternidad. El palmarés de grandes premios del concurso, en sus ediciones de verano e invierno, tiene otros ilustres nombres femeninos como los de Eugenie Angot, Laura Kraut, Lisa Nooren o Kacklyn Duff y, a buen seguro, muy pronto se sumarán los de otras muchas. Hípica es una palabra femenina y puede que no sea una casualidad, es el nombre de un deporte que iguala a todos en la pista pero en el que, para las mujeres, el tiempo es el principal obstáculo. Un obstáculo que muchas superan año tras año a base de esfuerzo, dedicación y talento. Con algún derribo o rehúse en el camino, sí, pero con muchos recorridos sin falta.