La normalización del éxito

equitación | Dic 2024
Carlos Miguel


En la historia de las medallas olímpicas individuales, 9 jinetes de saltos han conseguido 2 medallas y, de ellos, 3 las han conseguido con el mismo caballo: Tomasso Lecquio di Assaba con Trebeco en 1920 y 1924, y Peder Fredricson con All Inn en 2016 y 2021. A esta lista se ha incorporado el tercer nombre, este, en la gran cita de París. Después de la lograda en Tokio, Maikel van der Vleuten y Beauville Z NOP sumaban su segundo bronce consecutivo tras perder otra medalla del mismo metal en la prueba de equipos por solo 47 centésimas. Tres días hicieron pasar al deportista neerlandés de la decepción a una gloria ya conocida pero con matices muy diferentes. Hay situaciones que parecen repetirse... pero nunca son iguales.

Paris 2024: No es cómo se empieza...

"Como deportista siempre quieres formar parte de los Juegos Olímpicos, París era definitivamente mi gran objetivo del año y para ello traté de hacer un buen plan con Beauville". Maikel van der Vleuten midió muy bien los esfuerzos de su caballo a lo largo de 2024 haciéndole competir solo en 5 concursos internacionales y 3 grandes premios de la máxima categoría 5* antes de una cita olímpica cuyo escenario, Versalles, impactó al jinete neerlandés: "Fue increíble, rara vez encuentras un sitio tan especial como ese, con la naturaleza alrededor, todo tan grande. Lo hicieron muy bien, en las gradas cabían muchos espectadores y la atmósfera era increíble todos los días, había gente de todos los países animando y viviéndolo. Muchos compatriotas viajaron desde Holanda para apoyarnos y fue genial recibir el apoyo cercano de la familia". Todo parecía pintar bien y, en la primera jornada de competición, Maikel y Beauville Z contribuyeron con un gran recorrido sin faltas a la clasificación de Países Bajos para la final por equipos. Pero, en el día decisivo, todo se torció en un brusco y cruel giro de guion: franceses y neerlandeses empataron con 7 puntos para el bronce, pero la suma de tiempos de los 3 jinetes de cada equipo dio la medalla a los primeros. "Sí, fue triste -recuerda Maikel-. Desde mi punto de vista, en campeonatos como éste siempre debería haber un desempate para las medallas, teniendo los mismos puntos eso sería lo mejor. Fue duro para nosotros porque era nuestro primer objetivo, pero fue especialmente duro para mí. Tuve un derribo fuerte en el triple y eso nos hizo penalizar 2 puntos por tiempo. Me sentí culpable del resultado del equipo porque todos lo hicieron mejor en esa ronda. El resto del día no fue muy bueno, el día después de la prueba de equipos todavía estaba un poco triste pero luego intenté darle la vuelta a la situación. Pensé: Beauville está en muy buena forma, el martes tengo otra oportunidad en la final y hay que intentar aprovecharla. Que estuviese allí Marta, la propietaria del caballo, también me animó mucho".

PARIS 2024: ... sino cómo se acaba

Y llegó ese martes en el que los 30 mejores de la calificativa individual iban a pelear por 3 medallas sobre un brillante y descomunal recorrido que no admitía la más mínima debilidad. Solo 3 gigantes consiguieron resolver todas las dificultades de la prueba y uno de ellos fue Maikel con un Beauville Z que volvió a darlo todo y algo más en una gran cita. La alegría por una nueva medalla olímpica asegurada era patente pero efímera porque la trascendencia del inminente desempate obligaba a una concentración máxima incompatible con la euforia: "Tener la medalla garantizada me quitó bastante presión, esa es la verdad, eso me hizo entrar con un sentimiento positivo a la pista. Si hubiese habido cuatro jinetes habría tenido miedo de fallar, pero en esas circunstancias me decía que podía arriesgar porque no había tanto que perder al final, solo un color de metal. Christian Kukuk empezó con un desempate muy sólido, así que tuve que arriesgar. Elegí una distancia seguida a la combinación; al ver después el vídeo me di cuenta de que me quedé un poco lejos, Beauville ya llevaba cinco recorridos y fue pedirle demasiado esfuerzo. No pudimos conseguirlo, pero forma parte del riesgo. Salí a ganar, ya tenía una medalla de bronce y quería intentar mejorarla, pero eso no quiere decir que ésta valga menos. Sentía que tenía el caballo para hacerlo, pero un pequeño error ocurre rápido y forma parte del riesgo que asumes en una prueba como esa".



Salir de una pista de competición con una medalla olímpica es motivo de júbilo. En esas circunstancias concretas, sin embargo, uno tiene la duda de si, nada más acabar la prueba, predomina la alegría o la frustración por haber perdido el desempate. Maikel experimentó las dos, pero la segunda duró muy poco: "Por supuesto, lo primero que sentí fue tristeza por perder la mejor medalla después de tenerla tan cerca pero luego piensas que, aunque sea la de bronce, tienes que estar muy orgulloso. Primero, porque solo hubo dos caballos en el pasado capaces de tener dos medallas olímpicas seguidas. Segundo, porque en mi país no había ningún jinete que tuviera dos individuales y tercero porque ningún caballo ha conseguido más de 3 medallas individuales en JJOO y FEI World Championships. Al final pensé: siempre quieres ser mejor, pero hay que saber disfrutar de la felicidad".

Tokyo 2021: La medalla individual

3 años antes, Maikel van der Vleuten también fue feliz, muy feliz: "La felicidad en Tokyo fue mayor porque fue una situación distinta a París". Los Juegos Olímpicos de 2021 estrenaban formato ecuestre y la competición individual precedió a la de equipos. Aquel era el primer gran campeonato de Beauville Z pero el caballo ya había acreditado su nivel ganando entre otros el Gran Premio LGCT de Montecarlo o la Longines FEI Jumping World CupTM de Casas Novas. En los 2 concursos previos a la gran cita olímpica, la pareja había demostrado estar en plenitud al ser 2º en el Gran Premio LGCT de Valkenswaard y hacer doble cero en la Longines FEI Jumping Nations CupTM Rotterdam. Su gran momento de forma se confirmó aquel 4 de agosto al conseguir hacer uno de los 6 únicos ceros de la final individual pero entonces, a diferencia de París, no había nada asegurado: "En Tokyo yo hice el recorrido más rápido así que fui el último en salir al desempate. Mi padre vio a los otros y me dijo dónde podía ahorrar tiempo, hicimos un plan y salió como tenía que salir, llegué a la línea de meta, me vi tercero y fue brutal. En París, en cambio, hubo tres ceros y en ese momento ser tercero era el peor resultado, era el mismo que en Tokyo pero la situación fue distinta". Aquella fue la primera medalla individual en un gran Campeonato para Maikel pero no era la única que había ganado. En su casa ya colgaban entonces otras conseguidas previamente por equipos: dos de oro en un Mundial y un Europeo y una de plata en los JJOO de Londres: "Claramente es distinto. Me gusta formar parte de un equipo, trabajar juntos por un objetivo, te alegras por los éxitos de los demás, lo vives con un grupo de personas, nos ayudamos los unos a los otros y eso es genial. Pero quizás una medalla individual es más dura porque a lo mejor hay 70 u 80 jinetes y solo 3 van a conseguir una así que es súper difícil, te da una sensación diferente". Con la de París, Maikel van der Vleuten suma ya 7 medallas, de las que 3 son individuales (logró también el bronce con Beauville Z en el FEI World Championships Herning 2022), 4 por equipos y 3 olímpicas (fue plata con Verdi en los JJOO de Londres 2012): "Si miro a mis medallas olímpicas, veo que también estaba en distintos momentos de mi vida. En 2012 solo tenía 24 años, eran mis primeros Juegos y no sabía qué esperar, iba sin ninguna expectativa y lo veía más como una experiencia. De repente, me vi con una medalla de plata y al volver a casa todo el mundo me felicitaba, no solo gente del mundo del caballo sino gente de todas partes, y entonces te das cuenta de que tiene un significado muy grande para el mundo. En Tokyo ya sabía lo que se siente al subir al podio, pero entonces descubres algo nuevo: la sensación de recibir una medalla individual. Cuatro años más tarde, en París, tienes mucha más experiencia que en 2012 y lo ves con otros ojos. Siempre es especial, pero cada vez estás en un punto distinto de tu vida". Lograr tantos éxitos no solo en Campeonatos sino también en grandes competiciones internacionales con solo 36 años está al alcance de muy pocos. Para conseguirlos hace falta un talento innato, mucho trabajo, buenos caballos, un buen equipo alrededor y un gran trabajo de planificación: "La organización es una parte muy importante. Si eres bueno en tu planificación, en el trabajo diario con tu caballo, si eres bueno con las personas importantes que te rodean y haces un buen equipo, serás capaz de conseguir mucho juntos. Es una parte muy difícil, pero pienso que, al final, es la que puede marcar la diferencia".

Beauville Z

Beauville Z tenía 8 años cuando llegó a la cuadra de Maikel. Como potro siempre destacó por su profesionalidad y su efectividad pero no era uno de esos caballos espectaculares y comerciales que brillan en cada salto. Por eso, Gabriela Roger Ibars, que estaba montando entonces con la familia van der Vleuten, pudo comprarlo en una subasta por uno de los precios más baratos de la misma. Un año después, la joven amazona española decidió venderlo. Después de 18 ceros consecutivos en pruebas de 7 años, el caballo empezó a parársele al saltar más grande y ella pensó que, siendo un caballo tan limpio, necesitaba un jinete con más experiencia para sacarle el máximo rendimiento. Maikel lo probó, habló con Marta Ortega, y acabó comprándolo: "Si me llegas a preguntar hace años por Beauville no hubiera dicho que iba a lograr todo lo que ha logrado, era un buen caballo, pero no hubiera sabido si iba a ser capaz de llegar hasta aquí. Si lo ha conseguido es porque él realmente quería y los dos encajamos". Para que un caballo alcance el éxito en la alta competición internacional hace falta que tenga facultades y habilidades, pero hay una faceta fundamental que, en el caso de Beauville Z, cobra una relevancia especial: su carácter. Según su jinete, "siempre está de buen humor y con ganas de hacerlo bien. Es un gran luchador, cuando entras a la pista sientes que quiere darlo todo y, al final, eso es lo más importante en nuestro deporte. Él tiene su manera de hacerlo y con los años he conseguido aprender cómo apoyarle, qué puntos reforzar, y él ha aprendido cómo ayudarme a mí. Hemos aprendido a entendernos el uno al otro". Beauville Z es un caballo que disfruta en las pistas de competición pero que también lo hace cuando está fuera de ellas. Su espíritu positivo y colaborador es una de las claves de su rendimiento: "Tiene una personalidad muy placentera, no puedo recordar ningún momento en el que me haya echado las orejas para atrás. Siempre está contento de salir, nunca se pone a hacer tonterías, es un caballo feliz y simpático. Viaja bien, puedes salir con él al bosque, nunca da problema en el avión. Para nosotros es importante que, ahora que sabe cuál es su trabajo, le mantengamos siempre motivado".

Beauville Z versus Verdi TN

Cuando Beauville Z llegó a la cuadra de los van der Vleuten en 2018, Maikel ya tenía un amplio currículum de éxitos internacionales, especialmente con Verdi TN, con el que sumaba 3 medallas por equipos, 6 grandes premios internacionales -4 de 5*- y numerosas FEI Nations CupTM. Por entonces, el hijo de Quidam de Revel tenía 16 años, el paso del testigo en el relevo empezaba a hacerse imprescindible y ahí estaba "Bobby" para cogerlo: "Los 2 son caballos muy diferentes. En el momento de Verdi yo también era distinto, tenía mucha menos experiencia, pero el caballo parecía que siempre estaba fuerte para dar un buen resultado al equipo y conseguirle la medalla. 'Bobby', sin embargo, tiene muchas más medallas individuales". Pero la diferencia no solo está en los resultados. Los dos responden a modelos de caballo casi contrapuestos, completamente distintos, a los que Maikel ha sabido adaptarse y entender sin intentar modificar su personalidad: "Verdi tenía un cuerpo muy elástico, con él todo siempre parecía fácil y por eso, con una buena gestión, conseguimos que saltase desde los 7 hasta los 18 años a un nivel top. Beauville es muy distinto, él es más rígido, necesita luchar más para dar lo mejor, y es probable que eso le prive de hacerlo durante tanto tiempo pero no te sé decir cuántos años le quedan. También sé que un caballo como este no se consigue fácilmente así que tenemos que cuidarlo mucho para mantenerlo lo máximo posible".

El futuro

Los deportistas no pueden vivir del pasado. París ya es historia y el futuro ya está aquí. Estamos en plena temporada de la FEI World CupTM y, a la vuelta de la esquina, llega un apasionante FEI European Championship que, además, se va a celebrar en Casas Novas, lugar con el que Maikel mantiene un vínculo muy especial. Según él mismo reconoce, con Beauville Z a punto de cumplir ya los 15 años va a ser muy necesario administrar bien sus esfuerzos para prolongar sin deslucir una exitosa carrera deportiva. Pero la cita del próximo verano tiene para él unas connotaciones que no se pueden eludir: "Que el FEI European Championship sea en Casas Novas es una motivación especial para mí. Además, todavía no tengo ninguna medalla europea individual así que no creo que haya un sitio mejor para conseguirla. Vamos a ver cómo van las cosas porque el año anterior decidimos no correrlo en el Europeo y dejarlo para el Longines Global Champions Tour pero, si sigue en buena forma, estaría muy bien correrle el próximo año en A Coruña". Lo que ya queda mucho más lejos son los próximos Juegos Olímpicos de Los Ángeles en 2028, una cita a la que "Bobby" llegaría ya con 18 años y en la que tanto él como Maikel aspirarían a un hito histórico: convertirse en el primer caballo y el primer jinete con 3 medallas olímpicas individuales. Un sueño que, de momento, el neerlandés prefiere no plantearse: "Lo principal para mí es tratar de mantener al caballo en su mejor forma durante unos cuantos años más. Ya ha conseguido muchas grandes cosas y siempre que siga sintiéndose bien y sea capaz de mantener su nivel le seguiré eligiendo para buenos concursos, él lo dirá. Si algún día siento que se le vuelve difícil hacer cero no lo convertiré en un gran problema. En cuanto a los juegos de Los Ángeles, él va a ser el que me diga si es posible o no. Todo lo que me ha dado ya me hace sentir agradecido. No tiene por qué darme más. Si fuese así sería genial, pero es imposible saberlo". Pensando ya en esos Juegos Olímpicos y en los próximos grandes compromisos internacionales, Maikel trabaja ya con un grupo de caballos jóvenes con los que mirar al futuro: "La cuadra pinta bien por el momento, tengo algunos de 6, 7 y 8 años con talento, sé que les puedo llevar a un buen nivel pero es la mentalidad del caballo lo que me irá diciendo si puede llegar a lo más alto, eso es lo que les hace subir el último escalón que es el más difícil. Con Beauville, a esa edad, no hubiera imaginado que llegara a tanto".
El futuro de los jinetes siempre está vinculado al de sus caballos y Maikel es muy consciente de ello. A sus 36 años sabe que tiene mucho camino por recorrer y muchas competiciones por disputar y ganar, pero también es consciente de que en el deporte ecuestre intervienen demasiados factores como para hacer planes a largo plazo: "Disfruto mucho de esto, pero para mantenerte en la competición de alto nivel dependes de los caballos con los que te encuentres. El nivel hoy es tan duro que ya no vale con montar bien, necesitas los caballos adecuados para ganar y si no los encontrase no sé si seguiría tan motivado. Hay tantos buenos jinetes que los caballos marcan la diferencia. Mi objetivo global ahora es mantenerme en el nivel top. Habrá subidas y bajadas y cada año habrá unos objetivos concretos -en invierno la Longines FEI Jumping World CupTM y FEI Championships, en el verano los campeonatos- que necesitas para tener algo por lo que luchar, pero, al final, por encima de todo eso, está el gran objetivo de mantenerse arriba. Lo que tengo claro es que ganar el año que viene en Casas Novas sería genial".
Cada éxito conseguido por Maikel van der Vleuten refleja y recuerda experiencias de momentos vitales muy diferentes desde aquellos JJOO de 2012 en los que logró la primera de las 7 medallas que ya tiene en casa. No se puede decir que se haya acostumbrado al éxito porque la competición ecuestre te pone en tu sitio cada fin de semana. Pero, con ese palmarés, sí ha conseguido normalizarlo. Maikel ha hecho ya historia, pero quiere seguir escribiéndola y ampliándola con nuevos retos y esa medalla individual que le falta en un FEI European Championship puede ser uno de ellos. ¿Será en Casas Novas?